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lunes, 7 de agosto de 2023

Capítulo tres.





Capítulo Tres


III

 Por: Danny

Era la décima vez que llamaba y su celular me mandaba al buzón.
Pero es que llevaba tantos días sin verla que comenzaba a sentirme solo y vacío.

—Hola Danny—Tom se sentó a mi lado.—¿Ocurre algo?
—No,—suspire—Bueno si.
—¿Y que pasa?
—Alanis
—¿Tienen problemas?
—Los normales, pero estoy preocupado.
—¿Y a que se debe?
—A su forma de ser.
—¿Su forma de ser? —Harry y Dougie se unieron a la platica.

Yo asentí y permanecieron en silenció.

—¿A ustedes les agrado?
—Bueno ella es bastante especial. Es decir no se despega de ti y no habla mucho.
—Es verdad, ¿Porque?
—No se ella siempre a sido así.
—¿Como la conociste?
—Mi madre y la de ella son amigas, y mi mamá siempre me llevaba a jugar con ella, y cuando fuimos creciendo solíamos estar juntos.
—¿En la escuela?
—No,  en realidad ella nunca estudió en una escuela normal le daban clases en casa. Su padres la sobre protegen, cuando era niña tenía una enfermedad en la sangre siempre estaba desmayandoce.
—¿De verdad? —preguntó Dougie sorprendido
—Entonces ahora entiendo porque es así, tan huraña.
—Pero con todo respeto Danny, tu novia es muy bonita aunque tenga un carácter difícil—dijo Harry.
—Es una linda pelirroja.
—Espera, dices que la conoces de toda la vida, eso quiere decir que ella ha sido tu única novia.
—No, llevamos casi tres años. Pero yo si he sido el único en la vida de Alanis.
—Y eso debe de parecerte genial.
—Admito que si. La amo, aunque a veces sea celosa y un poco loca. Este fin de semana viajaré a Bolton, necesito ver a mi mamá y también a mi novia.

Mis amigos asistieron. Y mire la pantalla de mi celular mientras volvía hacer la llamada a su celular y volvía entrar al buzón.
Suspiré frutado y pensé en ella y en el fin de semana que había pasado.
Ella tenía razón, últimamente no le estaba prestando la atención que ella necesitaba y se merecía. Estaba tan ocupado con los chicos que me estaba olvidando un poco de ella.
Y ya comenzaba a extrañar esas noches de besos y caricias.
Aunque había pasado una semana desde que la había visto me sentía tranquilo, la vería pronto.

.

—Yo creo que es perfecto—Escuché la voz de mi mamá y seguidamente la de mi hermana.
—Es mejor que perfecto.
—¿De verdad creen eso? Es que no estaba muy convencida del resultado.
—Es mejor que perfecto.
—¿Qué es mejor que perfecto?

Dije cuando estuve en la sala las tres miraron a verlas y su rostro de mis tres mujeres favoritas se iluminó.

—Danny, no te escuchamos llegar.
—Soy un maestro del sigilo.
—Alanis al fin nos trajo la pintura que nos prometió. Y es mejor que perfecta.

Mi madre señaló el retrato que ahora habían colgado en la sala, podría parecer una fotografía por los acabados tan profesiones. Pero no, no era una fotografía, era una pintura. Y Alanis lo había hecho. Sabía que en el cuaderno en donde ella solía trazar cosas al azar tenía varios retratos míos, pero nunca había hecho uno tan grande.

—Alanis eso es perfecto.

Me acerqué a ella y la abrace.
Mi mamá y mi hermana nos dejaron a solas, en la sala.

—Yo iba a pasar a tu casa y sorprenderte.
—Lo siento, yo te iba a avisar, pero estuve hablando todo el día a tu celular y no contestabas.
—Se descargó por completo.
—Bueno, no importa, ya estamos aquí.

Estuvimos mucho tiempo platicando.

—¿Quieres que te lleve a tu casa o tu papá vendrá por ti?
—Es muy tarde ya—dijo ella—pero en realidad ya quedé con Luz de ir a dormir a su casa hoy.
—Oh, podrías quedarte conmigo.

Luz era la única amiga de Alanis, ella sonrió y asintió. Primero le llamó a Luz y después a su padre.

Así que como yo había hecho los últimos meses, nos dirigimos a escondidas a mi habitación.
Y al entrar yo hice lo que estaba deseando hacer desde hacía días, estuve besándola hasta que nuestra ropa comenzó a desaparecer.

.

Sentía un cosquilleo en mi rostro, y yo conocía ese tacto a la perfección. Alanis acomodo mi cabello antes de besar mi frente.
Pestañeo varias veces antes de abrir mis ojos por completo, y lo primero que mis ojos vieron fueron los ojos azules de Alanis, su cabello rojo estaba enredado y aun así se veía tan hermosa. Acaricie su mejilla y ella me sonrió y aquello la hizo ver aún más adorable de lo que ya era. Si era su cabello rojo, sus ojos azules y esas pecas que se veían tenuemente en su rostro, lo que la hacía lucir hermosa.
Ella se acomodó entre mis brazos y yo solo la abracé antes de besar su cabello.

—Tu mamá vino varias veces a verte, toco la puerta y el seguro impidió que entrara. —mire el reloj del buro.
—Para esta hora, solo estamos tú y yo en casa.
—¿Estás seguro?
—Lo estoy. Así que podría abrazarte toda la mañana.
—¿Pero?
—Pero este fue un viaje rápido, tengo que regresar a Londres por la noche, tenemos un concierto y prometí estar a tiempo. Solo son dos horas de Botón a Londres.

Permaneció callada mientras yo acariciaba su espalda.

—Lo sé, creo que es hora de irme.
—Aún no —le dije—Aún no es lo suficientemente tarde, así que aún puedo abrazarte un poco más.
—Ya quiero que la escuela termine, ya quiero ir a Londres contigo.

(*)

Otra vez estaba deseando ver a mi novia, pero estábamos ocupados ella con los exámenes de admisión y yo con la banda.

Otra vez habíamos quedado de vernos todos y de invitar a nuestras chicas. Aunque la mía está vez de verdad,, no iba a poder venir por sus exámenes.
Así que me había resignado a que no la vería.

Así que cuando llegue al lugar acordado, solo estaba la amiga de Dougie. Al parecer todos venían retrasados.

—Hola

Me acerqué a ella. Y ella me regalo una sonrisa.

—¿Dónde están todos?
—No han llegado, Dougie me dijo que me vería aquí, pero nada más que no llega y bueno seguro Tom paso a buscar a Gio y Harry bueno no sé.
—Seguro por eso están retrasados.

Anais se me hacía una chica agradable, y muy linda, era muy sociable y según sabía era una experta en música.

—¿Entonces Dougie es tu novio?
—No, por supuesto que no.
—Y eso que se ven bien juntos.
—Dougie es como mi hermano.
—Entiendo.
—¿Y tu novia?
—Ella no pudo venir. Tiene exámenes y está estudiando y creo que hoy presenta un examen.
—Ella es muy talentosa. El otro día Gio y yo vimos todo lo que ha dibujado y lo hace muy bien.

De repente aquel cuadro que había hecho se vino a mi memoria y me hizo sonreí.

—¿Un recuerdo?

La miré un poco sonrojado, ella se había dado cuenta de la sonrisa estúpida que se me había dibujado y asentí tímidamente. Nos quedamos en silencio y ella estaba jugando con sus manos un poco nerviosa hasta que una pequeña plumilla se resbaló de sus manos y ambos nos apresuramos a recogerlo, pero yo lo tuve entre mi mano primero. Era una plumilla de color rojo y tenía escrito en letras negras rock and roll.

Miré a verla y su rostro estaba muy cerca del mío, ella igual se había inclinado a recoger la pequeña plumilla.

—Aquí tienes—le dije y dejé la plumilla justo en la palma de su mano.

—Gracias—me dijo.

Y entonces la miré los ojos y me detuve a contemplarlos más detenidamente. Tenían un brillo extraño, y bonito, eran de un color verde muy oscuro que la hacían lucir su piel un poco más pálida de lo que en verdad era.
Sentí como que el mundo se detenía. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, me sentí extraño, me sentí lleno de paz y me sentí feliz. De repente me sentí perdido en el profundo mar verde que eran sus ojos.

miércoles, 26 de julio de 2023

Capítulo Dos.





Capítulo Dos

 Alanis

II. 

—Podrías a menos fingir que estás a gusto.
—Pero no lo estoy Danny.
—De acuerdo, sé que es mi culpa porque no te dije que íbamos a tener compañía, pero pensé que te gustaría.
—No, nos hemos visto en semanas y solo quería estar a solas contigo. Vine desde Bolton para estar contigo.

Dos semanas me la pasé pidiéndole a mi papá que visitaremos Londres, habían pasado tres semanas sin ver a Danny.

—Tienes razón, ¿pero por lo menos podrías hacer esto por mí?—Mire a ver en dirección a la mesa en dónde estaban sentados sus compañeros y las dos chicas, luego mire a verlo
—De acuerdo vamos a donde están ellos.

Danny sonrió y ambos caminamos hasta donde estaban sus amigos y esas chicas.

—Hola. —dije un poco incómoda.
—Hola—, contestaron todos.

Me senté a lado de una de las chicas y Danny se sentó a lado mío.

—¿Y de qué hablaban?
—De música —respondió Tom.—que bueno que te hayas podido quedar Alanis.
—Sí, suerte que pude convencer a mi papá de quedarnos en Londres unos días más.

Estaba bastante incómoda, pero había logrado ocultarlo con mucho éxito. Mientras ellos platicaban entre ellos y con las chicas, tenía una sonrisa fingida muy real. Ellos trataban de unirme a su plática, pero de verdad no estaba tan familiarizada con eso de hacer amigos. Así que solo contestaba de vez en cuando o cuando me hacían preguntas directamente.
Todos estaban tan animados hablando que sentía ganas de salir huyendo de ahí, si lo sé, soy una completa asocial, me daba pánico estar entre tanta gente. Algunas me tachaban de ser presumida, pero es que no sabía cómo socializar, nunca había ido a una escuela presencial.

—Ya ves, no salió tan mal—dijo Danny, apenas estuvimos lejos de sus amigos.
—No, claro que no.
—Oh, vamos Alanis no seas así.
—Danny, sabes que no estoy acostumbrada a tratar con personas de nuestra edad.
—Y eso no es normal.
—No estoy acostumbrada a tratar con tantas personas a la vez.
—Y me preocupa ¿Como iras a la universidad así?
—No sé, aún falta un poco.
—¿Quieres hacer algo más? Aún son las siete de la tarde, quizá podríamos pasar por un helado.
—Solos
—Solos

Afirmó mientras caminábamos por aquella plaza comercial. Él me abrazo y solo estaba pensando en que a veces me portaba mal con él, pero es que yo solo quería estar con él después de semanas sin verlos.

Cuándo desperté, Danny estaba a mi lado, me giré un, poco pará   y él me abrazo a mí sin abrir los ojos.
Estaba mirando a la puerta de mi habitación, pará asegurarme de que si mi madre venía no iba a poder entrar.
Danny se había estado quedando a dormir conmigo y mis padres ni enterados, ha ningún padre le gusta saber que su hija está durmiendo con su novio. Ese era el motivo por el cual el seguro de mi habitación estaba puesto a todas horas.
Busque mi ropa entré las sábanas y después de besar la mejilla de Danny bajé a la sala cuándo mis padres se estaban yendo.

—Pensamos qué aún dormías.
—Acabo de despertar.
—El desayuno está listo, te veremos más tarde.

No era muy común que desayunara con mis padres. Así que cuando Lu iba a servirme el desayuno la detuve.

—Lu, ¿Puedes servirme doble porción? Así y en una bandeja.
—¿Doblé porción? Señorita, ¿se siente bien? Usted no es de comer mucho.
—Tengo mucha hambre, supongo que es porque anoche no cene.
—De acuerdo.
—Pero voy a comer en mi habitación.
—¿Quiere que le llevé el desayuno a su habitación?
—No, yo lo llevaré.
—Está bien.

Así que ella estaba asombrada por mi comportamiento, pero no dijo más. Se limitó a servir en una bandeja el desayuno y yo subí a mi habitación. Cuándo abrí la puerta, Danny ya se había despertado.

—Comenzaba a preguntarme a dónde te había ido.
—Solo fui por el desayuno.

Dejé en mi escritorio la bandeja y me acerqué otra vez a él, me sonrió antes de besarme.

—Creó que tu padre querría matarme si supiera que estoy quedándome a dormir contigo.
—Mi papá te tiene mucha confianza.
—Por eso mismo digo que me querría matar si supiera de esto.
—Danny es un poco desagradable pensar en mis padres después de…
—Lo sé, pero aún creo que no estarán de acuerdo con qué vivamos juntos.
—Yo, ya he hablado con ellos de eso y si tienes razón no está muy de acuerdo, pero yo buscaré la manera de convencerlos. Ahora vamos a comer algo.

Los días igual se estaban pasando rápido y con eso el día de ir a la universidad, Danny y yo habíamos quedado de vivir juntos y ahora esperaba a que mis padres lo tomarán bien.

—¿Y no me has dicho qué tal te parecieron mis amigos?
—Debo de aceptar que estoy muy celosa, en especial de Tom Fletcher porque te la has pasado hablando de él de manera obsesiva.
—Claro que no.
—Pero son agradables, las chicas son muy lindas. Aunque sabes que yo no me relacionó con las personas ni las consideró mis amigas a la primera.
—Lo sé. Pero a menos es un logro saber que piensas que son agradables.

Sonreí y él también.

—Pero de verdad me gustaría que trataras de llevar mejor este asunto de la banda.
—Eso hago, pero es obvio que no puedo porque tú estás lejos y eres la única persona que me agrada y me gusta. Además, que aún sigo dolida porque nunca me dijiste que harías una audición.
—Mi amor lo siento mucho, pero sabes que este asunto de la banda no cambia en nada nuestros planes. Estoy ansioso porque vengas a vivir a Londres, conmigo—acaricio mi cabello—Bueno, tendremos que conseguirte amigas, amigos, no porque me da celos.
—Todos los chicos son estúpidos, tú a veces lo eres.
—Sí, lo soy a veces, pero solo para hacerte reír. Y ahora te pediré que me acompañes con mis amigos, esta vez si te lo digo Con mis amigos.

Tuve que decir que sí, es decir, tenía que intentarlo a menos una segunda vez. Porque sabía que no les habías agradado, a menos no del todo.
Danny no había podido pasar a buscarme, así que mi papá me llevó hasta el lugar acordado.
Y cuando llegue solo estaban las dos chicas que también estaban ahí, la última vez.

—Hola.
—Hola—dijeron ambas.
—¿Danny y los chicos?
—No han llegado, ¿Por qué no te sientas?
—Gracias.

Asentí y me senté a lado de Giovanna y enfrente de Anais. Ambas sonrieron bastante incómodas como yo.

—Me gusta tu cabello—Comentó Anais después de varios minutos de estar en silencio—es muy rojo.
—Gracias—. Respondí tocando mi cabello.

Otra vez hubo mucho silencio, ellas intercambiaban miradas y yo solo me arrepentía por haber venido.
Ellas estaban platicando otra vez y yo estaba dibujando algo.

—Eso es asombroso—Dijo Giovanna.

Miré a verlas y ambas me observaban.
No me había dado cuenta de que había empezado otra vez a hacer garabatos en mi cuaderno de dibujo, y que ese garabato se había convertido en una vez en el rostro de mi novio.

—¿Pintas?—asentí nerviosa.
—Eso es excelente.
—Sí, Danny dice que lo hago bien, pero él debe de decir eso.
—Mejor que buena, ¿puedo?

Asentí y ambas empezaron a hojear el cuaderno, pasando por cada una de las cosas que había dibujado a lápiz.
Y debo sé admitir que la gran mayoría eran el rostro de Danny.

—Hola—Miramos a ver y los cuatro venían llegando.
—Danny.
—Alanis.

Me puse de pie y lo abracé, después nos besamos y es que de verdad comenzaba a sentirme incómoda, no podía ser normal por unas horas y convivir con chicas de mi edad ni siquiera porque les había agradado mi arte.

—Yo también te extrañé.

Me dijo él y ocupamos nuestros lugares.

martes, 25 de julio de 2023

Capítulo Uno.


Capítulo Uno



I.

Anais 

Había estado lloviendo toda la mañana, quizá había empezado a llover desde la noche, pero no lo había notado. Había caído en un sueño profundo después de haber estado hablando con mi padre sobre el rumbo que había tomado la vida de Dougie en los últimos días.

Era el fin de semana en el departamento de papá, que vivía en el centro de Londres. Y tenía una de mejores vistas, habíamos cenado pizza y había estado contándole sobre la banda de Dougie.

No lo había visto en muchos días, pero supongo que eso se debía a qué hora estaba ocupado con su banda y yo lo entendía a la perfección.

—Extrañas a tu amigo.—asentí mientras observaba a mi papá sentarse en el sofá con su guitarra en las manos.
—¿Has estado componiendo?
—Cosas sin importancia.

Pero no era así, mi padre es un gran compositor, seguía siendo una persona rebelde y muy seguramente por eso mi madre se había separado de él y se había vuelto a casar.

—¿Qué tal se porta Peter?
—La verdad es que no sé.
—Pero ha llevado a su hija a vivir a la casa ¿No?
—Jessica, si al parecer su madre murió y Peter la llevó a casa.
—¿Qué tal te llevas con la chica?
—Es una presumida, pero estamos trabajando en una mejor relación.
—¿La escuela?
—El semestre empezó y es horrible porque no está Dougie.
—¿Qué has pensado con relación a la universidad? Sé que falta mucho pero…
—Estudiaré música o quizá letras aún no me decido.
—¿Y tu madre que opina?
—Que debería estudiar algo como medicina o economía. Pero eso es algo aburrido.
—Y no es tu estilo.

Asentí y permanecí en la sala del departamento de mi padre escuchando la melodía que tocaba en la guitarra.
Mi papá siempre había sido como un cómplice, estaba para mí siempre, incluso más que mi mamá. Ella se había vuelto a casar y ahora tenía a Peter y también a Jessica y al pequeño David, que había llegado para unir más a la familia de Peter con mi mamá.
David era la única razón por la que soportaba estar en casa, él era tan inocente y era bonito tener un hermanito, aunque solo tuviera una mitad de mí y de mi mamá. Pero aun con eso era feliz en todo lo que hacía.
Supongo que lo era porque Dougie estaba ahí y ahora solo hablamos poco, y no tenía noticias claras de lo que estaba haciendo, aunque Jazzie me mantenía informada de casi todo, ella misma no tenía información suficiente.

Así que ese curso escolar empezó sin mi amigo Dougie.

.

Creo que había pasado tres meses desde que empezó el nuevo curso y aunque no estaba sola. Me sentía así, seguía extrañando al estúpido de mi mejor amigo. Qué demonios hacía que no se aparecía por ahí con su montón de tareas pendientes y me hacía ayudarlo para después ir a comer pizza y hamburguesas.

—Ana—estaba observando a la nada demasiado concentrada en mis divagaciones de medio día cuando sentí una leve sacudida—Anais, —la voz de la profesora me sacó de mis divagaciones.
—Lo siento mucho, yo estaba…
—Fuera de este mundo.—asentí y señalo la pizarra—Pon atención.

Asentí una vez más y comencé a copear los ejercicios del pizarrón en mi cuaderno vacío.
De verdad últimamente me sentía tan extraña. Así que apenas termino la clase, no me quede los diez minutos que siempre hacía en la cafetería. Y caminé hasta el paradero de autobuses. Y me di cuenta de que en realidad me haría bien caminar, así que comencé a caminar hasta que llegue al vecindario en el que vivía.

Pase al otro lado de la calle y seguí caminando, pero sentía que había un vehículo que me estaba siguiendo, justo a un metro de mí, a menos venía detrás de mí desde hacía varias cuadras. Comenzaba a entrarme la desesperación, y comencé a caminar más rápido.
Estaba por doblar a la izquierda cuando alguien se bajó del vehículo y entonces sentí sus brazos rodeando mi cintura y entonces comencé a gritar.

—Maldición. ¿Estás loca? Tienes una voz tan potente y poderosa.
—Eres un idiota Dougie Poynter. Me asustaste.
—Bueno, ese era el plan.

Lo miré y él a mí. Ahí en el coche había más personas que me miraban divertidos.

—¿Pasa algo?
—No, ¿Por qué?
—Te noto diferente. Bueno, además de que has vuelto a ser rubia.
—No ocurre nada. Solo estoy desanimada, desde hace días.

Me solté del agarre de Dougie y bajé del vehículo. Comencé a caminar y él me siguió.

—¿Quieres contarme?
—Si no estás ocupado.
—Podrías esperarme.

Me detuve y observé a Dougie dirigirse otra vez al vehículo. Alguien bajo el cristal desde adentro y Dougie literalmente metió la mitad de su cabeza por la ventana. Intercambio un par de palabras y se reunió conmigo.

—Yo quería presentarte a mí amigos, pero supongo que será en otro momento.

Caminamos hasta llegar a nuestras casas mientras platicamos de todo aquello que estaba agobiándome.
Dougie solo había pasado a dejar algunas cosas a su casa y había ido a verme otra vez.

—¿Y entonces que vas a hacer?
—Aferrarme a lo que quiero.
—Sabes que tienes mi apoyo.
—Y eso es lo que me motiva. Pero dejemos a un lado los problemas en mi casa, quiero saber todo, cuéntamelo todo.
—Pero quita esa cara, no sé tú, no eres así, entiendes, tú, estás loca y siempre estás riendo.
—Lo sé y tienes razón, solo me he sentido mal.
—Pero sé que te alegrará.
—¿Y qué me alegrará?
—Conocer gente nueva.
—Conocer gente nueva.—repetí
—Sí, te presentaré a los chicos. Verás Tom quiere que conozcamos a su novia y me parece que Danny igual llevara a su novia y Harry no sé, pero quiero llevar a una de mis hermanas y tú eres la elegida.

Sonreí porque él dijo que era una de sus hermanas y en realidad eso era lo que él y yo éramos. Hermanos.

.

—No puedo creer que este por conocer a tu banda y a sus novias.
—Diré que eres mi hermana gemela
—Eso es interesante.

Habíamos llegado un poco más tarde de lo acordado con la banda así que cuando llegamos estaban en la mesa un dos chicos y una chica.

—Dougie.
—Tom lo siento, se nos hizo un poco tarde.
—No te preocupes. Supongo que estaremos más tiempo del esperado.
—¿Por qué? ¿Y Danny?

Tom señaló a algún lugar y ambos miramos a ver al lugar que él señaló. Cerca de la puerta había una pareja discutiendo.

—Parece que Danny tiene problemas con su novia.
—¿Por qué?
—Siéntense y les contamos.

Tom nos presentó a su novia, a Harry y a mi Dougie me presento como su hermana y ellos ya lo habían creído.

—Dougie nos había dicho que tenía una hermana gemela, pero no le creímos.

Nos miramos y reímos.

—¿Qué pasa?
—Es que es una broma —dije aun riendo. —Dougie no es mi hermano gemelo, bueno es mi hermano, pero no tenemos lazos sanguíneos.
—¿Qué? —Harry nos examinó—Son muy parecidos.
—Sí, por eso Dougie a menudo dice que somos gemelos.
—Yo, ya me la había creído.
—¿Y ellos no van a entrar?

Otra vez miramos a ver a donde la pareja llevaba aproximadamente treinta minutos discutiendo sin llegar a nada.

—Al parecer la chica no se sentía a gusto —comenzó Giovana la novia de Tom—Porque ella pensaba que sería una cita solo con su novio.
—Y creo que no le gustó la idea de esta cita grupal y dijo que tenía otras cosas que hacer, se disculpó y Danny la siguió hasta la salida y han estado ahí platicando desde hace mucho rato.
—Se nota que tiene un carácter un poco difícil la chica. —comentó Harry.
—Y también se nota que Danny la quiere mucho —Dougie parecía sorprendido—Yo hubiera dejado que se fuera.
—Oh Vamos Dougie no tienes nada de tacto.

Permanecí mirando la escena hasta que se abrazaron y el chico miro a ver en dirección a nosotros y les hizo algunas señas a Tom y él asintió.
Un poco después me miro y yo lo miré directo a los ojos. Su rostro parecía inexpresivo, pero posteriormente me sonrió y yo a él.

Otra vez entraron al establecimiento, y se sentaron en una mesa un poco lejos de nosotros. Y el chico otra vez le hizo señas a Tom como diciendo "en un minuto voy" y Tom volvió a asentir.


Fanfic: Entre Dos vidas.



 Prefacio.


Alanís

La mirada de Daniel se paseó nerviosa por toda la sala de estar. Mientras mi madre sorbía la última gota de té; estaba sentada a su lado desde que llegó a buscarme y estaba ansiando por salir de mi casa y huir de la mirada de mis padres.

—Es un gusto volver a verte, como siempre a lado de mi hija. Daniel le das mis saludos a tus padres.
—Claro que sí, señor Stone.
—Por favor sin formalidades. Solo dime James.
—Lo siento aún no me acostumbro.
—Entonces diviértanse, cuídala mucho y no la traigas muy tardé.
—Estará aquí a las nueve, se lo prometo.

Me despedí de mis padres después de que Danny estrechara la mano de mi padre y salí justo detrás de él.
Había un clima bastante templado en la ciudad,

—¿A dónde iremos hoy?
—Cine y a cenar.

Daniel Jones había sido mí amigo desde que tengo uso de razón y mi novio desde los quince años. Ahora con diesiete años, llevamos dos años de noviazgo y yo había vivido mi vida entera enamorada de él.
Supongo que él igual.

Nunca en mi vida había estado en una escuela normal, siempre había tomado clases en casa debido a que había nacido con un cáncer en la sangre, qué aún no estaba completamente eliminado de mi cuerpo, pero el año pasado me habían dado la noticia que eso había quedado erradicado casi por completo y mi papá accedió a que estudiará el último año en la escuela normal.
Danny había estado muy feliz por esa noticia, y es que él había estado desde siempre a mi lado.
Aunque últimamente lo notaba distante.

—¿Y qué estuviste haciendo en vacaciones?
—Ya sabes, visité a mis abuelos, salidas familiares, no hice gran cosa. Yo conocí a un chico.
—¿A un chico?
—Sí.
—¿Y este chico tiene un nombre?
—Tom Fletcher.
—¿Y qué tiene de especial Tom Fletcher?
—Sabes que siempre he querido una banda.—asentí y él me miro fijamente —a principios de las vacaciones asistí a una audición por error, es decir, yo pensé que se trataba de una audición para una banda, pero resultó que era para una boyband entonces ahí conocí a ese chico gracias a que había llevado mi guitarra y le conté de la confusión entonces me invitó a componer para una banda llamada Busted y un poco después nos propusieron formar nuestra propia banda.
—¿Estás hablando en serio?
—Muy en serio.
—Felicidades.

Permanecí en silencio por el shock que eso había provocado. Se suponía que Danny y yo asistiremos a la universidad juntos y que viviríamos juntos y después nos casaríamos. La idea de una banda hacía que los planes sé dé formarán.

Miré la hamburguesa sin ganas de comer y Danny estaba mirando hacia todos lados hasta que fijó su vista en un punto en específico.

—¿Que le ves a esa chica? —le reproche bastante celosa.
—Su cabello.
—¿Qué tiene su cabello?
—Es que me hizo recordar una de las canciones que escribí junto a Tom. Cinco colores en el cabello.

Me giré levemente para Observar a la chica que estaba sentada en una de las mesas de la parte de atrás, su cabello era lo que más llamaba la atención de ella.

—Es horrible —Escupí con todo el veneno posible.
—Es genial.

Hice una mueca de desdén y Danny pareció disgustado.

—¿Qué pasa contigo?
—Quiero regresar a mi casa.
—Apenas son las seis de la tarde. No me has contado qué tal te fue en tus vacaciones.
—Me fue bien, yo visité Alemania, suiza, Gales, conocí Francia y los mejores museos del mundo, ahora puedes llevarme a casa.

Me levanté molesta de la silla y camine sin verificar que Danny viniese detrás de mí. Pero él me había alcanzado y después de abrir la puerta pará mi espero a que saliera y salió justo detrás de mí.

—Alanis, ¿Quieres decirme que te está pasando? Porque te pusiste así, solo en que te dije que tendría mi propia banda empezaste a actuar a sí.
—Pues sí —le dije—Se suponía que iríamos juntos a la universidad y viviríamos juntos.
—Alanis vamos a hacer todas esas cosas. Iremos juntos al baile de graduación, tú iras a la universidad y vivirás conmigo mientras yo estoy en la banda. Y seremos felices, el hecho que yo no quiera ir a la universidad no va a estropear que hagamos todo lo planeado.
—Danny, es que sí, tú estás en una banda, tendrás muchas fans y te irás por tiempos y…
—Te amo—me dijo —Y a menudo va a ser así.

Me abrazó y acaricio mi cabello.

—No cambia nada, te lo prometo. Recuerda iremos juntos al baile de graduación y tú vas a estudiar historia del arte y vivirás conmigo y nada va a cambiar.

Lo miré un poco más tranquila y Sonreí.

—¿Lo prometes?
—Te lo prometo.

Ahora beso mis labios y volvíamos a mirarnos.

—Confía en mí. Nada cambiará.

Pero todo cambió.

....

Anais

Había estado toda la mañana con Dougie, que estaba tratando de copear todas las tareas que llevaba atrasada. Solo observé mientras intentaba seguir el ritmo de su bolígrafo.

—¿Qué tanto me ves?
—Tu bolígrafo está a punto de sacar humo de lo rápido que lo apoyas contra el papel.
—Estoy a punto de reprobar diez materias y mi madre me matará.
—Yo te dije que no era buena idea, que te saltará tantas clases.
—Anais— miré a verlo y me fulmino con la mirada.—ya estás como mi madre.
—Lo siento, pero no puedo creer que tengas tantos pendientes.
—Pues créelo.
—Pero como te quiero mucho, te ayudaré.
—Sabes que estoy muy enamorado de ti.
—Y también sé que dices esas cosas cuando te sientes agradecido, pero señor Poynter yo te tengo una condición para poder ayudarte.
—¿Y cuál es esa condición?
—Me gustaría saber que has estado haciendo estos días y porque de repente se te han juntado todos estos pendientes.
—Eso no puedo decírtelo.
—¿De verdad? No me dirás que estás tramando a mí, que soy tu mejor amiga desde preescolar.
—Está bien, pero podrías empezar a ayudarme mientras te cuento.
—Está bien.

Miré a Dougie mientras me entregaba su libro de cálculo y comencé a hacer los ejercicios.

—Yo conocí a unos chicos.
—¿Más interesante que yo?
—Oh, vamos, sabes que nadie es más interesante que tu cariño.

Nos reímos ruidosamente, porque con Dougie siempre bromeábamos de esa forma y continúo con su relato.

—Pero sabes que estoy buscando algo más serio con respecto a la música y en la banda en la que estoy no toman las cosas en serio y estos chicos ya tienen algo seguro y serio.
—Espera, me estás diciendo que has estado faltando a clase porque estás en una banda.
—Sí.
—No te creo, es decir, ahora seré la mejor amiga de una estrella de rock.
—Una sexy estrella de rock.
—No eres nada modesto Poynter.
—Lo sé y sabes que así soy yo. Además, deberías de estar feliz porque pronto te llevaré a mis conciertos.
—Estoy feliz por ti, Dougie.
—Lo sé.

Dougie había sido y es mi mejor amigo desde preescolar y siempre había tenido esa idea de formar una banda. Yo estaba siempre apoyándolo en todo y, no, no estoy enamorada de él ni él de mí. Porque para empezar ya habíamos probado andar y todo acabó en un desastroso mes sin hablarnos, pero lo habíamos superado y ahora seguíamos con nuestra amistad.

—No sabes cuanto te amo. Hace unas horas pensé que no terminaría con todas esas tareas, pero ahora te llevaré a comer una hamburguesa y una malteada.
—Pues será mejor que sea pronto porque estoy muriendo de hambre.

Así que ni bien terminó de guardar sus cosas, salimos a la calle rumbo a una de las cafeterías más cercanas y comimos hamburguesas con papas.

—Yo estaba escribiendo, ya sabes como siempre. Pero tú no has estado para ayudarme a componer la música.
—Y te pido perdón. Yo juro que no me volveré a desaparecer así tan de la nada, pero te pido que por favor no comentes nada aún.
—No te preocupes Dougie, todo está bien.

Dougie siempre estaba ayudándome cuando por casualidad escribía canciones, no era mi fuerte, pero me gustaba escribir y desde que había aprendido a tocar la guitarra había compuesto a lado de Dougie un par de canciones. Pero nada serio.

—Mañana iré a tu casa para terminar con la tarea en equipo.
—Me alegra saber que a menos quieres dejar todo listo antes de que te vayas con tu banda.
—Te lo debo a ti tarada.
—Me debes muchas cosas mi querido amigo.
—Creo que no podría nunca pagarte, ni con mi vida. ¿Por cierto que te vas con Richard?
—Eso ya es historia. No tenía idea de que era de lo que hablaba y me va bien en química, así que no pienso que pueda ser un novio útil.
—Bueno es que a ti todas las materias se te dan muy bien, así que chiste tiene.
—Los chicos deberían agradecerme por tener tantos temas de que hablar.

Los días que trascurrían a lado de Dougie eran de los mejores que había en mi vida, con una familia reestructurada era muy difícil estar bien todos los días. Sobre todo esos cuando me peleaba con la hija del esposo de mi mamá. Aunque, Dougie en casa vivía algo similar y por eso era una buena compañía siempre.

Yo no podía quejarme de esta vida, porque era más que perfecta para mi adolescencia. Con mi mejor amigo, mis buenas calificaciones y todo eso. Yo era feliz.


Epílogo


 

Epílogo 


—¿En qué tanto piensas Dougie?

Harry se sentó a mi lado y Danny y Tom, también.

Después del desayuno en casa de Tom, su esposa y las esposas de Harry y Danny, habían entrado a la sala de estar, el pequeño hijo de Tom necesitaba un poco más de calor, y como las nubes comenzaron a encapotar el cielo. Ya no era conveniente para él.

—En Lena.
—¿Lena?
—Si la chica que me golpeó el primer día de rehabilitación.
—Ah, tu novia Lena, sabes, aún no puedo imaginar como una niña tan pequeña pudo golpearte. Pero ahora que la mencionas, igual a mí me gustaría saber qué paso con ella. Recuerdo que era muy linda y también agradable—Danny me observó.
—¿Y por qué piensas en ella?—preguntó Tom
—Nunca he dejado de pensar en ella.
—¿Ni cuándo Lara fue tu novia?
—Así es, ella siempre ha estado presente, por eso las cosas no funcionaron bien con Lara.
—¿Y qué has pensado en estos tres años sin ella?
—En todos los lugares en dónde la puso esconder su papá, es que yo no entiendo. Desapareció, y me he preguntado, si quizá ella no…—No podía ni imaginarme muerta, prefería pensar que su papá hizo un buen trabajo al esconderla.
—Seguro está bien. Y quizá alguno de estos días ella regrese. ¿Ella te gustaba mucho?
—No solo me gustaba, la quise y aun la quiero mucho porque ella podía lograr que me sintiera bien, completo y cuando estuve en rehabilitación me hizo bien saber que yo podía hacer que sonriera y que su mirada fuera brillante.

Miré a mis amigos frustrado.

—Y lo peor es que se fue sin saber lo que yo sentía.

Mis amigos me consolaron pero cuando llegó la hora de irme, me pase mucho tiempo buscando el pequeño broche que ella me dejó la mañana que se fue de la clínica, estaba en la guantera, la sostuve entre mis manos y sonreí al recordarla. Ella no podía estar muerta.
Seguro que había superado todos sus problemas y ahora era una chica feliz, que había conocido a alguien y por eso no volvió a buscarme, yo prefería pensar que ella era feliz con alguien más, antes que rendirme y aceptar la idea de que estaba muerta.

Conduje en silencio, pero algo llamó mi atención en medio. Una chica que caminaba en dirección contraria a donde yo iba, me baje de mi coche en pleno tráfico sin importar los insultos de los demás conductores y entonces me apresure a correr en dirección a donde ella estaba.

—¡Lena!

La chica miro a verme y entonces después de tanto tiempo volvía a verla, estaba de pie justo a unos pasos de mi, sonrió cuando me vio y se quedó inmóvil por la sorpresa y eso me permitió examinar.

Era ella, más hermosa que cuando era un adolescente, su rostro irradiaba vida y había ganado un cuerpo bastante atractivo su mirada había cambiado todo en ella había cambiado para bien.

—Dougie

Ella reaccionó y corrió hacia a mí se aventó a mis brazos emocionada y juro que en ese momento fui feliz.


Capitulo Final




Capítulo Final


 VII.

Lena se había dormido media hora antes de que llegáramos a Londres, yo conduje de vuelta hasta mi casa. 

Mire a verla, no quería despertarla, pero tenía que hacerlo.

—Lena—la moví levemente y ella se despertó al instante. 

—¿Ya llegamos? 

Asentí y ella se estiró un poco. 

—Son las cuatro de la mañana, quizá puedas dormir un poco antes de que te lleve a tu casa. Yo vivo aquí. 

Ahora miro hacia el exterior y suspiro. 

—Está bien. 

Así que los dos bajamos y nos dirigimos a la entrada. Ella se estaba cayendo de sueño y cuando entramos la guíe sonámbula hasta mi habitación. Y la ayudé a acostarse.

—Iré a la otra habitación—ella me fulminó con la mirada.

—No.

Me acosté a su lado y me dormí al instante.


Fueron los rayos del sol que entraban por las ventanas lo que hizo que me despertara, me estire en la cama antes de ver la hora en el reloj de la mesita un poco después de hacer eso me levanté de la cama y me dirigí a la ventana, cerré las cortinas y regrese a la cama, justo cuando ella abrió sus ojos. 

—Hola ¿Buenos días? 

—Tardes. 

Se sentó en la cama y me miró aun adormilada. 

—Siento como si hubiera dormido mil años. 

—Que exagerada sólo fueron nueve horas, son la una de la tarde. 

—¿De verdad? 

Miro al reloj y sonrió. 

—Mi papá me matará,—comentó y se dejó caer otra vez en la cama. 

—¿Y eso no te asusta? 

—No, porque valió la pena, me divertí mucho ayer y estoy deseando que se pueda repetir.

Me acosté a su lado. 

—Yo igual estoy esperando a que se pueda repetir. pero ahora vamos a comer algo antes de que te lleve a tu casa. 

Ella asintió y la dejé sola en la habitación para que ella pudiera bañarse y cambiarse con las cosas que traía en su mochila. 

Yo baje a hacer el desayuno. 

Me sentía feliz, como nunca lo había estado en mucho tiempo era una felicidad que no quería que acabará porque estaba decidido a hacer lo necesario para ayudarla y para poder estar a su lado. 

Se reunió conmigo después de una media hora, justo cuando estaba terminando nuestro desayuno y ocupó la silla que estaba justo enfrente de donde yo solía sentarme. Y comimos en silencio, después de eso la déje en la sala y me duche.

—Creo que es hora de que te lleve a casa.

—No, solo espera, quiero estar contigo un poco más.

Miré a verla y me fue imposible negarme a su petición.

—Ven conmigo—me senté a su lado y la abracé.—Quiero hablar con tu papá, Lena yo quiero estar presente en tu vida. Y aunque tuvimos un buen día, no creo que sea posible que tú te sigas escabullendo de tu casa. 

—Él no te va a escuchar.

Me dejé caer en el sofá y ella se acomodó encima de mi pecho.

—Dejame intentarlo.

Su mirada me decía que estaba muy agobiaba y que no quería regresar con su papá. Acaricié su rostro y sus ojos rebosaron de lágrimas saladas.  No supe que decirle solo la abracé y dejé que ella se desahogará.

Unas horas más tarde me encontré a mí mismo manejando rumbo a su casa, ella estaba muy callada e intentaba no mirarme.

Cuando llegamos me estacioné justo enfrente de su casa, no me atrevía a mirarla. Porque si lo hacía y ella me pedía que la llevará devuelta a casa, yo lo haría sin dudarlo.

—Creo que entonces, es hora de que regrese. 

—Lena, tendremos más aventuras como la de la noche pasada.

—¿De verdad? 

Asentí y ella me sonrió, como siempre. 

—Si, yo buscaré la manera de estar a tu lado y de ayudarte. Es decir si tu quieres. 

—Creo que la única ayuda que necesito y quiero es la tuya. 

Sonreí antes de acercarme más y besarla. 

—Ahora creo que es tiempo de irme. Pero te enviaré un mensaje pronto. 

Ella abrió la puerta y cuando salió avanzó unos pasos y entonces yo decidí que la quería llevar hasta la puerta de su casa.

—Lena espera. 

Ella miró a verme y sonrió cuando yo estuve a su lado, sosteniendo su mano.

—Buenas tardes. 

Entramos por la puerta, yo un poco nervioso examine la sala.

—No puede ser papá, ¿de verdad? Te dije que nada malo me había pasado. 

—Señor Blummer al parecer su hija solo estaba con su novio. 

—Lo siento detective—Dijo él —No era mi intención armar un alboroto le pido disculpas por hacerle perder su tiempo. 

El detective asintió y se fue, después de estrechar su mano. 

—Creo que me debes muchas explicaciones. 

—Te lo dije, yo solo quería salir con mis amigos.

—Lena, estoy perdiendo la paciencia contigo tu no puedes salir de la casa y menos con personas que no conozco. 

—Señor Blummer…—Él me miró y luego miró a Lena.

—No puedes salir con mi hija—me dijo mirándome de nuevo—eres mayor y ella…

—Papá no me vas a prohibir… 

—Si, si te lo voy a prohibir. Espero que hayas disfrutado pasar el rato con él, porque no volverás a verlo.

Fue lo último que dijo antes de irse de la sala. Ella miró a verme disgustada y suspiro.

—Lena creo que yo debería...

—No te preocupes todo va a estar bien, mi papá siempre dice cosas como esa y nunca hace nada. 

—¿Estas segura? 

Ella asintió y me abrazó. 

—No estés preocupado. 

Ahora nos besamos y yo me fui. 

Pero al día siguiente me arrepentí de haberla llevado a su casa. Al día siguiente me volví loco, cuándo llame a su número de teléfono y la contestador decía que ese número no existía. Me volví aún más loco, cuándo la busqué y no la encontré.