Capítulo Dos
Alanis
II.
—Podrías a menos fingir que estás a gusto.
—Pero no lo estoy Danny.
—De acuerdo, sé que es mi culpa porque no te dije que íbamos a tener compañía, pero pensé que te gustaría.
—No, nos hemos visto en semanas y solo quería estar a solas contigo. Vine desde Bolton para estar contigo.
Dos semanas me la pasé pidiéndole a mi papá que visitaremos Londres, habían pasado tres semanas sin ver a Danny.
—Tienes razón, ¿pero por lo menos podrías hacer esto por mí?—Mire a ver en dirección a la mesa en dónde estaban sentados sus compañeros y las dos chicas, luego mire a verlo
—De acuerdo vamos a donde están ellos.
Danny sonrió y ambos caminamos hasta donde estaban sus amigos y esas chicas.
—Hola. —dije un poco incómoda.
—Hola—, contestaron todos.
Me senté a lado de una de las chicas y Danny se sentó a lado mío.
—¿Y de qué hablaban?
—De música —respondió Tom.—que bueno que te hayas podido quedar Alanis.
—Sí, suerte que pude convencer a mi papá de quedarnos en Londres unos días más.
Estaba bastante incómoda, pero había logrado ocultarlo con mucho éxito. Mientras ellos platicaban entre ellos y con las chicas, tenía una sonrisa fingida muy real. Ellos trataban de unirme a su plática, pero de verdad no estaba tan familiarizada con eso de hacer amigos. Así que solo contestaba de vez en cuando o cuando me hacían preguntas directamente.
Todos estaban tan animados hablando que sentía ganas de salir huyendo de ahí, si lo sé, soy una completa asocial, me daba pánico estar entre tanta gente. Algunas me tachaban de ser presumida, pero es que no sabía cómo socializar, nunca había ido a una escuela presencial.
—Ya ves, no salió tan mal—dijo Danny, apenas estuvimos lejos de sus amigos.
—No, claro que no.
—Oh, vamos Alanis no seas así.
—Danny, sabes que no estoy acostumbrada a tratar con personas de nuestra edad.
—Y eso no es normal.
—No estoy acostumbrada a tratar con tantas personas a la vez.
—Y me preocupa ¿Como iras a la universidad así?
—No sé, aún falta un poco.
—¿Quieres hacer algo más? Aún son las siete de la tarde, quizá podríamos pasar por un helado.
—Solos
—Solos
Afirmó mientras caminábamos por aquella plaza comercial. Él me abrazo y solo estaba pensando en que a veces me portaba mal con él, pero es que yo solo quería estar con él después de semanas sin verlos.
Cuándo desperté, Danny estaba a mi lado, me giré un, poco pará y él me abrazo a mí sin abrir los ojos.
Estaba mirando a la puerta de mi habitación, pará asegurarme de que si mi madre venía no iba a poder entrar.
Danny se había estado quedando a dormir conmigo y mis padres ni enterados, ha ningún padre le gusta saber que su hija está durmiendo con su novio. Ese era el motivo por el cual el seguro de mi habitación estaba puesto a todas horas.
Busque mi ropa entré las sábanas y después de besar la mejilla de Danny bajé a la sala cuándo mis padres se estaban yendo.
—Pensamos qué aún dormías.
—Acabo de despertar.
—El desayuno está listo, te veremos más tarde.
No era muy común que desayunara con mis padres. Así que cuando Lu iba a servirme el desayuno la detuve.
—Lu, ¿Puedes servirme doble porción? Así y en una bandeja.
—¿Doblé porción? Señorita, ¿se siente bien? Usted no es de comer mucho.
—Tengo mucha hambre, supongo que es porque anoche no cene.
—De acuerdo.
—Pero voy a comer en mi habitación.
—¿Quiere que le llevé el desayuno a su habitación?
—No, yo lo llevaré.
—Está bien.
Así que ella estaba asombrada por mi comportamiento, pero no dijo más. Se limitó a servir en una bandeja el desayuno y yo subí a mi habitación. Cuándo abrí la puerta, Danny ya se había despertado.
—Comenzaba a preguntarme a dónde te había ido.
—Solo fui por el desayuno.
Dejé en mi escritorio la bandeja y me acerqué otra vez a él, me sonrió antes de besarme.
—Creó que tu padre querría matarme si supiera que estoy quedándome a dormir contigo.
—Mi papá te tiene mucha confianza.
—Por eso mismo digo que me querría matar si supiera de esto.
—Danny es un poco desagradable pensar en mis padres después de…
—Lo sé, pero aún creo que no estarán de acuerdo con qué vivamos juntos.
—Yo, ya he hablado con ellos de eso y si tienes razón no está muy de acuerdo, pero yo buscaré la manera de convencerlos. Ahora vamos a comer algo.
Los días igual se estaban pasando rápido y con eso el día de ir a la universidad, Danny y yo habíamos quedado de vivir juntos y ahora esperaba a que mis padres lo tomarán bien.
—¿Y no me has dicho qué tal te parecieron mis amigos?
—Debo de aceptar que estoy muy celosa, en especial de Tom Fletcher porque te la has pasado hablando de él de manera obsesiva.
—Claro que no.
—Pero son agradables, las chicas son muy lindas. Aunque sabes que yo no me relacionó con las personas ni las consideró mis amigas a la primera.
—Lo sé. Pero a menos es un logro saber que piensas que son agradables.
Sonreí y él también.
—Pero de verdad me gustaría que trataras de llevar mejor este asunto de la banda.
—Eso hago, pero es obvio que no puedo porque tú estás lejos y eres la única persona que me agrada y me gusta. Además, que aún sigo dolida porque nunca me dijiste que harías una audición.
—Mi amor lo siento mucho, pero sabes que este asunto de la banda no cambia en nada nuestros planes. Estoy ansioso porque vengas a vivir a Londres, conmigo—acaricio mi cabello—Bueno, tendremos que conseguirte amigas, amigos, no porque me da celos.
—Todos los chicos son estúpidos, tú a veces lo eres.
—Sí, lo soy a veces, pero solo para hacerte reír. Y ahora te pediré que me acompañes con mis amigos, esta vez si te lo digo Con mis amigos.
Tuve que decir que sí, es decir, tenía que intentarlo a menos una segunda vez. Porque sabía que no les habías agradado, a menos no del todo.
Danny no había podido pasar a buscarme, así que mi papá me llevó hasta el lugar acordado.
Y cuando llegue solo estaban las dos chicas que también estaban ahí, la última vez.
—Hola.
—Hola—dijeron ambas.
—¿Danny y los chicos?
—No han llegado, ¿Por qué no te sientas?
—Gracias.
Asentí y me senté a lado de Giovanna y enfrente de Anais. Ambas sonrieron bastante incómodas como yo.
—Me gusta tu cabello—Comentó Anais después de varios minutos de estar en silencio—es muy rojo.
—Gracias—. Respondí tocando mi cabello.
Otra vez hubo mucho silencio, ellas intercambiaban miradas y yo solo me arrepentía por haber venido.
Ellas estaban platicando otra vez y yo estaba dibujando algo.
—Eso es asombroso—Dijo Giovanna.
Miré a verlas y ambas me observaban.
No me había dado cuenta de que había empezado otra vez a hacer garabatos en mi cuaderno de dibujo, y que ese garabato se había convertido en una vez en el rostro de mi novio.
—¿Pintas?—asentí nerviosa.
—Eso es excelente.
—Sí, Danny dice que lo hago bien, pero él debe de decir eso.
—Mejor que buena, ¿puedo?
Asentí y ambas empezaron a hojear el cuaderno, pasando por cada una de las cosas que había dibujado a lápiz.
Y debo sé admitir que la gran mayoría eran el rostro de Danny.
—Hola—Miramos a ver y los cuatro venían llegando.
—Danny.
—Alanis.
Me puse de pie y lo abracé, después nos besamos y es que de verdad comenzaba a sentirme incómoda, no podía ser normal por unas horas y convivir con chicas de mi edad ni siquiera porque les había agradado mi arte.
—Yo también te extrañé.
Me dijo él y ocupamos nuestros lugares.